Muchas son las especies de abejas, avispas y abejorros que corren riesgos, pero realmente las más afectadas son las primeras. Concretamente, podemos basarnos en el estudio llamado «Lista Roja de Abejas» llevado a cabo por IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), encargada de actualizar la Red List de especies amenazadas y en peligro, junto con STEP (Estado y Tendencia de Polinizadores en Europa), ha determinado que casi 1 de cada 10 abejas en estado salvaje en Europa está bajo amenaza de extinción. Se ha realizado este estudio sobre 1.965 especies de abejas en Europa, un número elevado sobre todo considerando que se conocen unas 2.000 especies en Europa.
Concretamente, se ha concluido que actualmente más del 9% de las especies de abejas salvajes están amenazadas de extinción. Además, se ha demostrado que la tendencia es al alza y que cada año este porcentaje aumenta significativamente, de hecho se calcula que en breve esta cifra aumentará más de un 5%, superando el 15% de las especies de abejas salvajes. Por ello, la Comisión Europea ha mostrado apoyo a estas dos entidades con proyectos para salvar a las abejas.
Entre las principales causas de la cercana desaparición de las abejas se han destacado las siguientes:
- El deterioro y la pérdida de los hábitats de las abejas.
- Enfermedades y parásitos que las afectan directamente, como el parásito interno Acarapis Woodi que produce acarapisosis y el parásito externo Varroa Destructor, que es un ácaro que les produce la enfermedad conocida como varroasis.
- El aumento de especies depredadoras de abejas, como las avispas asiáticas o Vespa velutina.
- Especies invasoras, tanto animales como vegetales.
- El cambio climático acelerado.
- Vertidos de sustancias tóxicas al ambiente, como plaguicidas e insecticidas usados en la agricultura industrializada.
- En general, la contaminación ambiental.
Consecuencias de la extinción de las abejas
Podemos decir que entre las consecuencias de la desaparición de las abejas destacamos las siguientes:
- Menor producción de productos como la miel y las frutas, ya que por un lado se reduce la cantidad de abejas productoras de miel y, por otro lado, al haber menor polinización unos de los mayores afectados son los árboles frutales que dependen de insectos como estos, lo que resulta en menos frutas.
- Pérdida económica, ya que la labor de polinización que hacen las abejas y otros insectos parecidos se ha valorado que para la agricultura mundial supone unos 265 mil millones de euros al año.
- Se reducirían las poblaciones de animales que se alimentan de ellas o de la miel, como las avispas asiáticas o los osos.
- Se reduciría la cantidad de algunas especies vegetales o incluso llegarían a estar en peligro de extinción y, en un tiempo relativamente corto, podrían extinguirse.
- Los humanos perderíamos gran cantidad de alimentos, por tanto no se podría alimentar a parte de la población mundial (un problema que ya existe se agravaría intensamente), se reduciría la producción natural de oxígeno, por lo que nos costaría más respirar y habría más contaminación, y habría pérdidas económicas.