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junio 26, 2025
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junio 26, 2025Regar una planta puede parecer el gesto más básico del cuidado, pero en realidad, regarlas de más es uno de los errores más comunes… y más peligrosos. A diferencia de la falta de agua (que muchas veces se nota a tiempo), el exceso puede causar raíces podridas, hongos y hojas amarillas sin que te des cuenta.
Pero no te preocupes: si actuamos rápido, muchas veces sí se pueden recuperar. Aquí te explico cómo.
1. Identifica las señales
Una planta con exceso de riego puede mostrar síntomas similares a una planta deshidratada, así que hay que observar bien.
Señales típicas:
- Hojas amarillas o caídas, blandas al tacto
- Tierra constantemente húmeda o encharcada
- Mal olor en la maceta (olor a humedad o pudrición)
- Presencia de moho o pequeños hongos blancos en la superficie del sustrato
- Raíces oscuras, blandas o con mal olor al sacarla de la maceta
2. Suspende el riego de inmediato
Parece obvio, pero es el primer paso.
Deja de regar por completo hasta que la tierra esté bien seca, incluso hasta el fondo. Si tienes dudas, puedes insertar un palito de madera en el sustrato: si sale húmedo o con tierra pegada, todavía no es momento.
3. Revisa las raíces (y cambia el sustrato si es necesario)
Si la planta está muy afectada, lo mejor es sacarla con cuidado de la maceta para revisar el estado de las raíces.
¿Qué hacer si hay raíces podridas?
- Corta con tijeras limpias todas las partes negras, blandas o malolientes.
- Deja solo las raíces firmes y claras.
- Limpia la maceta con agua y jabón, o cámbiala.
- Prepara un nuevo sustrato seco, con buena capacidad de drenaje.
Sustrato recomendado: mezcla de tierra para macetas con perlita, grava volcánica o fibra de coco.

4. Mejora el drenaje
Evita volver a caer en el mismo error. Asegúrate de que:
- La maceta tenga orificios para que el agua salga fácilmente.
- No uses platos debajo que acumulen agua estancada.
- El sustrato no sea demasiado compacto.
Si tu planta estaba en interior, quizá también necesita más luz para que la tierra no se mantenga húmeda por tanto tiempo.
5. Ajusta la frecuencia de riego
Después del rescate, riega solo cuando la planta realmente lo necesite.
Cada especie es diferente, pero como regla general: toca la tierra, observa las hojas y mantén un equilibrio.
Es mejor regar menos seguido pero a fondo, que hacerlo “un poquito todos los días”.
6. Dale tiempo y observa
Una planta con exceso de riego puede tardar varios días o semanas en recuperarse. No te desanimes si al principio no se ve mejor.
Evita trasplantar varias veces, moverla de lugar constantemente o aplicar fertilizantes justo después del rescate. Deja que se estabilice.
El exceso de riego es un error común, pero tiene solución si se actúa a tiempo. Con un poco de paciencia, una poda adecuada y un sustrato con buen drenaje, muchas plantas pueden recuperarse y volver a crecer con fuerza.