Tener un huerto no solo no conllevará que nuestros cultivos nos roben mucho (¡es más! uno de los beneficios del huerto es que nos ayuda a desestresarnos, así le dediquemos unos pocos minutos al día) sino que, además, no es imprescindible tener una gran dimensión para disfrutar de sus sabores.
Ya sea en una terraza, en un balcón, en una azotea o destinando una pequeña parte del jardín; en horizontal o aprovechando el espacio vertical: en casi cualquier espacio es posible tener un mini huerto que satisfaga tanto nuestras necesidades de comer con salud como ese increíble placer de disfrutar de aquello que es fruto de nuestro mimo.
MINI HUERTO: EL HUERTO IDEAL PARA ESPACIOS PEQUEÑOS
Una vez desterradas esas dos ideas preconcebidas, nada como descubrir cómo son esos mini huertos que mencionamos y vamos a hacerlo de menos a más (de los más escuetos o los más amplios).
La parte positiva de los mini huertos es que son perfectos para los espacios más pequeños pero, también, para quienes quieren iniciarse en el Huerting poco a poco y con una superficie de cultivo manejable (tanto en lo que respecta a dimensiones como al tipo de sembrado).
Para quienes disponen de un espacio mínimo, o bien quieren integrar sus cultivos en el entorno de su hogar cabe la posibilidad de hacerlo gracias a jardineras modulares como estas. Una manera de tener (tanto en interior como en exterior) pequeños focos de cultivo tan manejables y habituales ya en los hogares como las aromáticas o las culinarias.
SEMILLAS DE HORTALIZAS PARA CREAR TU MINI HUERTO
Si queremos ir un poco más allá y contar con una mayor variedad de cultivos, este otro formato es perfecto para espacios pequeños ya que nos plantea la posibilidad de tener nuestros cultivos en un espacio tan reducido (y singular) como es una caja vintage de madera. Un espacio más que suficiente para poder comenzar a experimentar con el cultivo de aromáticas, culinarias o, incluso, hortalizas como el calabacín o el tomate.
Si buscamos algo más grande o queremos estrenarnos con un espacio mayor, podemos jugar con más opciones.
Si disponemos, por ejemplo, de una terraza o jardín de buenas dimensiones podemos comenzar con un huerto cuadrado o rectangular de madera. Un espacio perfectamente acotado (gracias a su perfil de madera) que no solo nos permitirá dividir nuestros cultivos (cuentan con espacios separados para que podamos diversificar la siembra en el espacio) sino que, añadido, cuentan con un valor decorativo en sí mismos.
Con buena superficie de cultivo e ideales para lugares más reducidos (como una terraza convencional o un balcón amplio), las mesas de cultivo también nos permitirán jugar con estos espacios acotados sin necesidad de cultivar a ras de suelo (están en altura) y con un añadido: que, en el caso de las de carrito, podemos moverlas para ubicarlas dónde queramos. Algo que nos facilitará no solo colocar nuestro huerto en el lugar idóneo para nuestros cultivos (por exposición solar o, por ejemplo, para resguardarlo de las inclemencias del tiempo), sino poder jugar con él según las necesidades de nuestro espacio.
Y ¿qué sucede si el espacio del que disponemos es vertical? Pues que, al igual que sucede con los jardines verticales, ¡también podemos contar con un mini huerto acorde a ese formato! Una forma de aprovechar, por ejemplo, una pared como respaldo para jardineras de baldas, en las que podremos ubicar tanto macetas con nuestras siembras como maceteros.