La poda consiste, esencialmente, en eliminar una parte de un árbol, un arbusto o una planta florífera con el objeto de ayudar a la naturaleza en el sentido y en la dirección que resulten útiles al hombre.
Consiste en el conjunto de operaciones que se realizan directamente sobre el esqueleto o sobre la copa de las plantas con el fin de:
-Modificar y/o controlar el tamaño, limitar el crecimiento de la planta
-Formar la planta y regular la cantidad de flores y frutos
-Mejorar la calidad de los frutos
-Regular la fructificación cada año
En todos los casos, las herramientas deben permitir un corte limpio, sin desgarrar la rama, para lo cual deben estar bien afiladas. Luego de su utilización se deben limpiar, desinfectar y lubricar para su mejor conservación.
La desinfección de las herramientas una vez las hemos utilizado es importante para evitar la transmisión de enfermedades de una planta a otra. Puedes mantener tus herramientas limpias simplemente limpiándolas con alcohol etílico o con agua lavandina al 50%.
Las superficies de corte de más de 5 cm de diámetro deben ser selladas con pintura al agua con fungicidas o algún producto cicatrizante. Algunas mezclas que se pueden utilizar son:
Se pueden distinguir dos tipos de poda en base a su época de realización:
1.- Poda de invierno: la misma se puede realizar cuando caen las últimas hojas, hasta finales de invierno cuando todavía las yemas están en reposo.
2.- Poda “en verde”: se realiza en el frutal con hojas. Dependiendo del objetivo perseguido, existen dos momentos diferentes para su realización:
-Poda de primavera tardía: se lleva a cabo únicamente para la eliminación de crecimientos indeseados (chupones) que compiten con el normal desarrollo del fruto.
Para promover que tu árbol frutal proporcione frutos de mayor calidad y cantidad, puedes usa el Alimento para Plantas Happy Flower, el cual lo proveerá de los nutrientes que necesita. También se puede emplear para hortalizas.
-Poda de otoño: se efectúa después de la cosecha para aumentar la entrada y distribución de la luz dentro del árbol, y de esta manera conseguir mejor calidad de yemas fructíferas para la siguiente temporada. También se utiliza para retener el crecimiento de la copa, una vez que el árbol ha alcanzado la altura deseada y el espacio correspondiente.
En el caso de un monte frutal familiar el manejo de las plantas, si bien debe favorecer la producción de fruta, no es tan estricto como el caso de un monte frutal de producción extensiva. Para los árboles frutales de la huerta familiar, vamos a considerar entonces, algunas cuestiones básicas que mejoren su desarrollo:
-La poda debe favorecer la entrada de luz y aire en toda la copa, se deben dejar solo las ramas guía necesarias para mantener la estructura.
-Las plantas frutales deben tener un equilibrio entre la parte floral (que al final va a dar fruto) y la parte vegetativa (hojas).
-Se deben eliminar ramas viejas y “chupones”, que son ramas largas, vigorosas, poco leñosas y con pocas yemas que crecen de manera vertical, generalmente al lado de un corte o en laterales de ramas gruesas o desde la base.
-Formar una copa no muy alta que permita una adecuada recolección de fruta. Para este fin se pueden cortar ramas gruesas que hayan tomado altura y/o doblar las ramas más flexibles para retardar la circulación de savia y generar más yemas de flor.
-No permitir ángulos muy cerrados entre ramas (ideal más de 45º).
-Las ramas nuevas que se desarrollan a un lado y otro de ramas más gruesas, no deben estar muy juntas (separación de 15 cm o más).
Antes de entrar en detalle de cómo se deben podar las diferentes especies, es importante distinguir los tipos de poda que existen, teniendo en cuenta su finalidad.
A) Poda de formación: es la que se realiza en la planta joven para orientar su desarrollo. Se realiza durante los cuatro primeros años desde la plantación, y durante esta etapa se prioriza la formación de la estructura de la planta, seleccionando las ramas principales que formarán la estructura definitiva.
Esquema de una formación del 1° al 4° año
B) Poda de fructificación: tiene por objetivo mejorar el desarrollo de yemas de flor, conservando un equilibrio entre la producción de frutos y de hojas. Tiene distintas características para los frutales de pepita que para los de carozo, como se explicará más adelante. Esta poda se realiza a partir de la entrada en producción de la planta.
C) Poda de rejuvenecimiento: se realiza con el árbol ya formado eliminando chupones, ramas rotas, viejas o enfermas. Se puede realizar al final de la cosecha y aprovechar para eliminar ramas fructíferas viejas y dar oportunidad a nuevas ramas de fructificación. También aquí se pueden podar ramas para limitar la altura de la copa y la extensión de ramas guía.
Cuando se poda un ramo o rama, se corta por sobre la yema que se quiere favorecer a un centímetro aproximadamente, con la inclinación que la protege de caída de agua y tierra.
En el caso de ramas gruesas los cortes se efectúan de manera que se facilite la cicatrización de la herida, tratando de no dejar muñón aunque el corte se inicie en la horqueta. La poda se inicia con un corte, hasta casi la mitad de su diámetro, del lado inferior (corte a) y a unos 20-30 cm del tronco del cual se origina; a unos 10 cm más hacía afuera y desde arriba se efectúa un nuevo corte (b) que permitirá separar la rama, la cual se rompe por su propio peso sin desprender corteza. Mediante el corte (c) se elimina el tocón restante.
Se podan regularmente desde el período juvenil para que desarrollen un armazón fuerte de ramaje alto y resistente.
De las ramas que se cruzan se cortan las menos importantes dejando la que favorece el crecimiento y la forma impuesta a la copa. Los Fresnos, Alamos, Arces, Paraísos y Olmos, admiten podas anuales de conducción a fines del invierno evitando efectuar cortes reiterados en el mismo lugar para que no se formen «muñones» que dificulten la circulación de la savia.
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Fuente:
https://www.ecoagricultor.com/consejos-para-la-poda-de-arbole s