Una de las principales preocupaciones que tenemos cuando nos regalan flores o cuando decidimos regalar flores, es conseguir que se mantengan frescas y bonitas el mayor tiempo posible. A todos nos han regalado alguna vez un bonito arreglo floral para alguna ocasión especial y lamentamos mucho cuando las flores empiezan a marchitarse a los pocos días.
Los ramos de flores suelen durar entre cinco días y tres semanas. Todo depende del tipo de flor y de los cuidados que les proporcionemos. Además, el clima puede influir y en ciudades donde las que las temperaturas son elevadas, las flores pueden marchitarse antes. Por eso, si eres una de esas personas afortunadas a las que les han regalado un bonito ramo, hoy te traemos algunos consejos para hacer que tus flores duren más tiempo y puedas disfrutar de ellas lo máximo posible.
Lo primero que debes hacer es quitarle el papel que las envuelve, colocarlas en el jarrón y cortar las hojas que queden sumergidas en el agua. De lo contrario, estas hojas contribuirán a la proliferación de bacterias dentro del agua y harán que las flores se marchiten mucho antes. En el caso de las rosas también es necesario quitar las espinas.
Muchas personas cometen el error de cortar los tallos de forma recta. Sin embargo, debes saber que si las cortas en diagonal, las flores absorberán mejor el agua. Haz el corte con un cuchillo sin sierra o con unas tijeras especiales. Adapta la longitud al jarrón de manera que queden bien presentadas y bonitas y luego corta por la parte que corresponda. Intenta no cortar más de dos centímetros. La idea es cortar solamente la parte que haya podido secarse para permitir que la flor pueda absorber el agua correctamente. El jarrón debe ser lo suficientemente hondo como para que cubra entre 7 y 10 centímetros de la parte inferior de los tallos de las flores.
No obstante, debes tener en cuenta que los tallos de las flores se van estropeando, por lo que es necesario que cortes un centímetro del mismo siempre en diagonal cada día para facilitar la absorción del agua.
Aunque muchas veces no lo pensemos y acabemos colocando las flores donde creamos que están más bonitas, la ubicación del jarrón también es muy importante. Es recomendable que estén situadas en un lugar fresco por la noche y que tengan una buena iluminación por el día pero que no estén expuestas directamente a los rayos del sol. Intenta también que sea un lugar alejado de aparatos electrónicos o de ventiladores, ya que la acción de estos hace que se deshidraten más rápido.
Además, es aconsejable usar jarrones de cristal en lugar de cerámica, ya que estos tienden a acumular más suciedad. En cualquier caso, antes de poner las flores en el jarrón, limpia bien el recipiente con lejía para desinfectarlo y enjuágalo bien.
Te puede interesar: ¿Cuál es el florero adecuado para cada flor?
También es importante controlar el nivel de agua a diario, rellenándolo si es necesario. Ten en cuenta que el agua se va evaporando, con mayor rapidez en los meses de verano, y que es absorbida por las flores, por lo que el nivel de agua irá bajando.
Si se van estropeando flores, es recomendable que las vayas tirando para evitar que el agua del jarrón se ensucie. La eliminación de las hojas marchitas, pétalos y tallos estropeados es una labor diaria y minuciosa que resulta fundamental para mantener el buen aspecto de nuestro ramo de flores.
La mayoría de las flores cortadas necesitan agua tibia como es el caso por ejemplo de las orquídeas, pero en el caso de las rosas o de las flores de bulbo es mejor mantener el agua fría. Por eso recuerda que las flores nunca deben estar en un lugar donde el agua pueda calentarse o que estén expuestas de forma directa a los rayos del sol, especialmente en verano.
Además de todos estos consejos, hay algunos trucos que también podemos aplicar para que nuestro ramo dure más tiempo y tarde más en marchitarse.