Veamos la primera:
Tienes un jardín en el que los charcos de agua persisten luego de las lluvias o después de haber regado. Incluso pasado un tiempo, y a pesar de que el sol brilla fuerte en el cielo, cuando removes la tierra te das cuenta de que la humedad sigue ahí… Ni hablar de si encuentras verdín o musgo sobre el empedrado o sobre cualquier otra superficie, porque estos sólo crecen en los lugares en donde hay agua, mucha agua… ¿A qué se debe esto? Las razones pueden ser varias: mal drenaje, suelo bajo, sombra persistente o simplemente que tu jardín se encuentra cerca de un río, canal, etc, que se inunda frecuentemente.
Segunda posibilidad:
María (un nombre elegido al azar, sólo con fines ilustrativos) adora regar las plantas de su jardín y/o macetas. Lo hace cada mañana antes de ir a trabajar o bien a la nochecita, cuando vuelve a casa. No importa si el sustrato de sus plantas sigue mojado, para ella es un acto de amor y lo lleva adelante a rajatabla.
El resultado de estas dos situaciones hipotéticas es que muchas de las plantas de este jardín/balcón/patio sucumben al exceso de líquido… y otras, milagrosamente, florecen, están cada vez más rozagantes. Pero… ¿por qué?
La razón es que la mayoría de las plantas no sobrevive en un suelo que está permanentemente mojado. Si bien es cierto que todas las plantas necesitan humedad para crecer y que la humedad en el corto plazo genera el crecimiento de las hojas (y por ende una vista bastante frondosa de nuestro jardín/balcón), una situación (o clima) de humedad prolongada y persistente en el largo plazo termina siendo terreno atractivo para todo tipo de plagas, sobre todo para hongos y bacterias que proliferan y que terminan pudriendo las raíces y matando, consiguientemente a muchas plantas.
Sin embargo, este no es el caso de los especímenes que les paso a enumerar a continuación. Todas ellos han sabido adaptarse a los suelos húmedos o empapados, los cuales no sólo no los matan, sino que son indispensables para su supervivencia. Los invito a conocerlos, y por favor, si son de su agrado, no se priven de sembrarlos, plantarlos y/o propagarlos. Son un festín para la vista.
Iris de agua (Iris sibirica)
Florece desde principios de primavera hasta principios del verano. Ideal para los bordes de los estanques.
Cala (Zantedeschia aethiopica)
Florece desde la primavera hasta el otoño. Tiene un perfume riquísimo y es ideal para corte.
Papiro Cyperus papyrus
Es muy fácil de cuidar. Puede llegar a ser invasor. Podalo cuando termina el invierno. Regalo mucho, o directamente ponlo en un estanque.
Astilbe (Spiraea nipponica)
Florece en verano y aporta mucho color al jardín. Prefiere la media sombra y necesita mucha humedad.
Nalca o pangue (Gunnera) – ¡sólo para los que tienen mucho espacio!
Es rizomatosa. Trata de ponerla un tanto a la sombra, en un lugar protegido. Regala mucho y sobre todo… ¡dale espacio!
Espigas de agua, flor de la laguna (Pontederia cordata)
Cuanta más agua mejor, es una planta acuática, aunque podés cultivarla en maceta si te comprometés a mantenerla siempre mojada. Florece en el verano y forma grandes matas.
Cornejo (Cornus canadensis)
Es una cobertora y funciona muy bien debajo de grandes árboles que le den sombra. Se vuelve rojiza en otoño, y va a prosperar siempre y cuando la riegues frecuentemente.
Cardenal de la laguna (Lobelia cardinalis)
Originaria de norteamerica, puede alcanzar un gran tamaño. Las hay con flores en rosa, rojo y blanco.
Clematis (Clematis ssp.)
Qué decir… una de mis preferidas. Trepadoras de ley (aunque hay algunas variedades que no lo son) necesitan tierra fértil y húmeda para crecer bien. Florecen desde la primavera hasta finales del verano.Media sombra y mucha agua, especialmente cuando aún son peques.
Laurel americano (Kalmia)
Planta rara si las hay, también es originaria de norteamérica. Prefiere la media sombra y florece en primavera. Forma unos lindos matorrales y lo podés multiplicar por esqueje.
1 Comment
Hola Happy Flower
Interesante contenido de este blog. Me llamo mucho la atención las dos hipótesis mencionadas al principio del contenido, ya que efectivamente hay quienes piensan que entre más riego exista, mejor será el florecimiento de estas, recayendo en el error de proliferar hongos y bacterias que seguramente arruinaran todo el jardín. Hay que tener muy en cuenta los tipos de plantas, las acuáticas y las silvestres y así no tener temor de un deterioro de estas de acuerdo al manejo que le estemos brindando.