
Árboles frutales fáciles de cuidar en casa o jardín
junio 26, 2025La lavanda es una de las plantas más queridas por su olor relajante, sus flores color violeta y su capacidad de mantener a raya algunos insectos. Es ideal para jardines, terrazas y también como planta decorativa en casa. Sin embargo, para que luzca siempre hermosa y conserve su aroma por más tiempo, necesita algunos cuidados específicos.
Aquí te comparto todo lo que necesitas saber para mantener tu lavanda sana, con flor y con ese aroma tan especial durante más tiempo.
1. Luz solar directa
La lavanda necesita sol, y mucho. Es una planta de clima mediterráneo, así que requiere al menos 6 horas de luz solar directa al día.
Si está en sombra o luz indirecta, crecerá débil, florecerá poco y su aroma será más tenue.
Tip: si la tienes en interior, colócala junto a una ventana muy iluminada, pero idealmente, mantenla en exterior.
2. Riego moderado
Uno de los errores más comunes es regarla demasiado. A la lavanda no le gusta la tierra húmeda constantemente.
Es mejor quedarse corta con el agua que pasarse. Deja que el sustrato se seque entre riegos.
Riego recomendado:
- Primavera/verano: una o dos veces por semana
- Otoño/invierno: una vez cada 10-15 días, dependiendo del clima

3. Suelo con buen drenaje
La lavanda necesita un sustrato ligero y bien drenado, parecido al de los cactus o plantas suculentas.
Evita tierras compactas o pesadas que retienen agua, ya que pueden provocar pudrición en las raíces.
Puedes usar una mezcla de tierra para maceta con arena de río, perlita o grava volcánica.
4. Poda después de la floración
Para mantener la planta compacta, fuerte y con floraciones constantes, es importante podar después de que las flores se hayan secado.
Cómo hacerlo:
- Corta las espigas secas justo por encima del follaje
- Aprovecha para dar forma y eliminar ramas débiles
- Evita cortar las ramas leñosas o muy bajas, ya que podrían no rebrotar
La poda también estimula la producción de aceites esenciales, lo que mejora el aroma.
5. Cosecha y conservación del aroma
Si quieres aprovechar el aroma de la lavanda más allá del jardín, puedes cosechar las flores justo antes de que abran por completo, cuando tienen mayor concentración de aceites.
Cómo conservarlas:
- Corta las espigas con tallo largo
- Cuélgalas boca abajo en un lugar seco y ventilado
- Una vez secas, guárdalas en bolsitas de tela o frascos de vidrio
Puedes usar las flores secas para preparar infusiones, saquitos aromáticos o incluso como decoración.
6. Fertilización ligera
La lavanda no necesita mucho abono, pero puedes aplicar un fertilizante natural una vez al mes en primavera y verano si quieres estimular el crecimiento. Usa compost, humus de lombriz o fertilizante para plantas de flor en dosis muy suaves.
La lavanda es una planta hermosa, aromática y útil, pero necesita sol abundante, poco riego y una poda adecuada para mantener su forma y perfume por más tiempo. Con los cuidados correctos, te acompañará durante años llenando tu espacio de calma y color.